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martes, 15 de marzo de 2011
Por encima del tsunami
lunes, 7 de marzo de 2011
Espiga de Ebano: Mascaras: Ausencia de aceptacion
martes, 1 de marzo de 2011
Mascaras: Ausencia de aceptacion
Máscaras: Ausencia de aceptación.
El temor al rechazo puede conducir a algunos miembros de un equipo a esconderse detrás de máscaras, a disfrazar sus verdades y a anestesiar sus opiniones. Entre más diferencias posea uno de ellos respecto al resto, más difícil le será gozar la aceptación de los demás. El desafío es intensificar culturas organizacionales en las que el respeto mutuo estimule la autenticidad, es decir, la ausencia de maquillajes en la expresión del pensamiento.
En la antigüedad, se usaba el término personalidad para referirse a la máscara que se usaba en el teatro para representar papeles y ocultar la identidad de los actores. En el presente, hay personas que se sienten aprisionadas en una imagen que han debido crear para esconderse, a veces hasta de sí mismas. Por ejemplo, ¿qué sucede dentro de una persona que es sumamente agresiva, que aleja a los demás con cada palabra que pronuncia? ¿O en otra, que jamás expresa su opinión ni hace valer sus derechos con tal de ahorrarse conflictos?
Son prisioneros dentro de esas máscaras, lo cual es agobiante porque se debe fingir ser correctos, infalibles, a prueba de debilidades, carencias y contradicciones. De allí nacen la duda hacia los demás, la desconfianza, la protección excesiva y la vigilancia temerosa a ser descubiertos en un error. En una situación así, los roles son más importantes que las personas y la imagen o máscara se sobrepone a las verdades.
Curiosamente, quienes no se matriculan en esa obra de teatro basada en el fingir y logran aceptar a los demás tal como son, permiten a éstos expresarse con libertad, comodidad y realismo. Esta es una gran diferencia entre grupos o conglomerados y equipos de alto desempeño o familias. En los primeros hay juegos de imágenes o máscaras, en los segundos hay aceptación mutua y respeto absoluto por las diferencias.
En los equipos cuyos miembros se tratan como si fueran una familia, la aceptación desvanece la máscara y hace crecer la autoestima, la seguridad en sí mismos y el disfrute de la naturalidad en el trato. Cuanto menos se finja ante los otros, más se aumenta el conocimiento propio y la apreciación por el prójimo. Esto explica la solidaridad, la unión y la exigencia que caracteriza a los equipos deportivos de alto rendimiento; en ellos nadie tiene razón para esconder nada, lo que inspira conocimiento profundo y confianza en los compañeros.
Quienes se aceptan a sí mismos son más propensos a aceptar a los otros. Son más abiertos a solicitar ayuda y a recibir consejos; desarrollan la humildad necesaria para reconocer equivocaciones, abandonan los aires de superioridad, son más tolerantes y disfrutan el alivio de no tener que estar pendientes de la falsedad de su máscara.
German Retana