miércoles, 29 de junio de 2011

Espiga de Ebano:Impotencia

Espiga de Ebano: Es lo que siento con los servicios que pago en esta aldea, de científicos subdesarrollados y sabelotodos, soy de los pocos que paga el servicio de recogida de basura y precisamente el camión pasa por todas las calles alrededor de donde vivo y la mía no me la recogen en varias ocasiones he tenido que llamar y hacer mi reclamo, entonces es que proceden con la recogida, del agua ni hablar también creo que soy de los pocos que paga ese servicio y hay de que me pase un mes sin pagar, esto significa corte, lo cual significa que debo pagar por la re-conexión una multa de quinientos pesos, doloroso verdad, si tomamos en cuenta que me mandan el agua dos veces por semana y en la mayoría de los caso tengo que comprar camiones a mil doscientos.

viernes, 24 de junio de 2011

!Soberanía!

"Un hombre que no se alimenta de sus sueños, envejece pronto", William Shakespeare. Todos poseemos principios, modos de pensar, emociones y hasta una ilusión por alcanzar, pues sin ella los esfuerzos cotidianos carecen de sentido. No obstante, conviene que nos cuestionemos periódicamente si, en verdad, estamos siendo soberanos en la selección de nuestros sueños, decisiones, acciones y estado mental.
Achacar a los demás el motivo de sentimientos negativos o depender fuertemente de factores externos para fijar nuestro ánimo, es reconocer que estamos claudicando al control propio. Renunciar a los ideales y sueños resulta muy oneroso, ante el arrepentimiento que se arrastrará el resto de la vida.
Las angustias provenientes del pasado y la ansiedad que nos visita desde el futuro, suelen unirse para complicarle la marcha a quienes no están suficientemente fuertes para defender sus propósitos o principios. En ocasiones no son otros, sino nosotros quienes atentamos contra nuestros sueños, de allí que Aristóteles afirmara: "los más valientes no son los que conquistan a sus enemigos sino los que alcanzan sus sueños al vencerse y conquistarse a sí mismos".
Los soberanos de sus pensamientos reciben recompensas múltiples: ser artífices de su destino, cultivar la paz interior, y disfrutar la autonomía de perseguir anhelos en los que creen.
Sin soberanía un sueño puede tornarse en una indeseable fantasía. Por eso, aniquilar las sanas ambiciones de los demás y las propias en un equipo crea un drama que, a todas luces, obstaculiza su cohesión y efectividad. Mientras la política, las religiones, las posesiones y otras circunstancias desunen a las personas, un sueño compartido las aglutina con una pasión a veces más allá de lo razonable, siempre que ellas hayan sido protagonistas en su creación de dicho ideal.
Un equipo que se adueña de su destino y es firme al defenderlo, será difícil de vencer. En él las conductas individuales cobran más sentido, se piensa con altura, y se vuelven pequeños los que antes se llamaban problemas. Sus miembros trabajan al máximo nivel, disuelven o resuelven obstáculos, no anteponen excusas ni escatiman esfuerzos.
La soberanía de pensamientos y emociones estimula la creatividad, la innovación y la flexibilidad. No se trata de poner oídos sordos al buen consejo. Cuando la autoestima es sólida los insultos rebotan, el discernimiento es constructivo y el respeto mutuo es estricto.
Ser soberanos equivale a ser pilotos de nuestra propia vida para viajar con libertad, comodidad y sin excesos de equipaje mental hacia la realización de nuestros sueños. ¿Qué tan soberano es su equipo y cuánto aporta usted con su ejemplo personal de soberanía?

sábado, 18 de junio de 2011

El detalle de los detalles


Ni siquiera la embarcación más poderosa podría sostenerse a flote con un agujero en su piso, por pequeño que fuera; tampoco la persona más dura de sentimientos se resiste a un minúsculo gesto de alguien que "le toca el alma". La excelente calidad de servicios de una organización se basa en su habilidad para seducir a sus clientes con detalles, esas brevísimas o sencillas acciones que se graban para siempre en la mente de otros.

Así como una relación se puede derrumbar por la torpeza en el manejo de los detalles, otras crecen infinitamente por la pasión de concentrarse en lo micro para llegar a concretar lo macro. Pensar en grande y actuar en pequeño marca la diferencia en la implementación exitosa de una visión. El enamoramiento o la desilusión también nacen en gestos que ocurren en instantes, pero que se suman para construir o aniquilar el interés por una persona o proyecto.

¿De qué vale una mente brillante en alguien que atropella relaciones? ¿De qué sirve un estratega excepcional en una empresa o equipo deportivo que no logra plasmar sus ideas en las conductas de sus miembros? La suma y combinación coherente de las "pequeñeces" conforman los logros más espectaculares; pero quien no piense en eso tendrá problemas gigantes para entender las razones de sus limitados resultados.

Si observamos los conflictos que impiden la fluidez de relaciones en una familia u organización, no es extraño que se deban a una sola actitud intransigente de alguien que no cede un ápice de su terquedad. Como dijo Claudiano: "¡Ay, cuántas grandes cosas se derrumban por motivos insignificantes!" En igual modo, son pequeños cambios de comportamiento los que flexibilizan tensiones y agilizan procesos hacia el alcance de los objetivos de un equipo.

Los detalles que conocemos de los demás son los que más valoramos de ellos. A veces juzgamos mal a otras personas debido a que no somos proactivos para comprender las vivencias que explican su buen, mal o cambiante estado de ánimo. Esa superficialidad conduce a relaciones efímeras, a sorpresas indeseadas y a problemas reiterativos. En cambio, la intensidad en el conocimiento de los otros, lleva a la confianza, al continuo descubrimiento mutuo y a la prevención de desacuerdos improductivos en un equipo de trabajo.

La pasión por alguien o algo, por la organización o un ideal, es la semilla de la minuciosidad en el pensamiento. Los sentimientos se expresan indirectamente, con detalles. Esto no se finge ni improvisa. La excusa de "no soy detallista" debe cambiarse por "no tengo suficiente interés".

La pasión por los detalles acarrea una especie de sana locura por lograr, crear, complacer y gozar el reto de sorprendernos entre y a nosotros mismos. ¿Verdad que usted también la posee?

viernes, 10 de junio de 2011

Hagase Grande!

¡Hágase grande!

En un conocido video motivacional de origen hindú, un árbol caído cierra el paso a los vehículos. Unos adultos se resignan a no avanzar y otros discuten al respecto. Un niño que va para su escuela en un autobús observa la escena y, sin pensarlo dos veces, coloca su mochila en la calle y empuja con todas sus fuerzas el pesado árbol. Sin percatarse de la lluvia, de su pequeño tamaño, ni de su limitada fuerza, este niño termina inspirando a todos a sumarse a su esfuerzo y logran remover el obstáculo. ¿Por qué lo hizo?

Al hacer estas preguntas a un centenar de gerentes de trece países, escuchamos respuestas tales como: "Fue proactivo, no se quedó mirando", "tenía el compromiso por llegar a su meta y no midió las barreras", "no esperó que otros hicieran algo y asumió el liderazgo", y "creyó en sí mismo", entre otras. Luego de escuchar a sus colegas, un gerente dijo: "¡Simplemente ese niño se hizo más grande que el problema!"

Todos guardaron silencio al escuchar esta afirmación final. La reflexión es obvia: La percepción de la magnitud de los problemas es inversamente proporcional a la fuerza mental de quien los enfrenta. Un equipo "que se la cree", como se dice en el fútbol, es difícil de derrotar; su actitud ganadora, su cohesión y el dominio de sus talentos, permite a sus miembros confiar ante los desafíos. En cambio, quienes al mirar los obstáculos temen y se paralizan, están anunciando que éstos son superiores a su potencial para superarlos.

¿De qué tamaño son los problemas que enfrentamos? ¿Será que ponemos más atención a las dimensiones de las adversidades que a nuestra capacidad para resolverlos? Incluso, no es extraño que, en ocasiones, un equipo de trabajo malgaste su tiempo y recursos entreteniéndose en situaciones de poca monta, en conflictos que, en verdad, no hacen sentido por irrelevantes. Sin embargo, esa es una forma de evadir la confrontación de retos superiores a su fuerza colectiva y de condenarse a sufrir la tensión que surge cuando la respuesta es inferior a las presiones externas.

Con tan solo analizar los cinco desafíos más serios de una organización se podría evaluar la estatura mental de quienes la dirigen. Mentes pequeñas problemas pequeños, mentes grandes problemas grandes, reza el dicho popular. Por esto conviene que periódicamente los dirigentes de las empresas y equipos resuman esos retos y los comparen con la capacidad que creen tener para superarlos. Si el resultado aritmético es desfavorable, es hora de ir al gimnasio de las actitudes y capacidades para desarrollar músculos y empezar a levantar rocas en lugar de piedras pequeñas.

Las mentes grandes dejarán pasar situaciones en las que no se deben gastar energías, pues se pierde el sentido de las prioridades. La madurez de un equipo o persona se demuestra también por las situaciones que deja de lado aun pudiendo confrontarlas.

¿Es más grande su equipo que los desafíos que enfrenta?

German Retana

Es tu vida

Tu coche es japonés.Tu pizza es italiana.Tu cerveza es alemana. Tu vino es español. Tu democracia es griega. Tu café es brasileño. Tu té es chino. Tu reloj es suizo....

viernes, 3 de junio de 2011

El discurso más corto

El discurso más corto..... por Bryan Dyson, ex Presidente de Coca Cola.

"Imagina la vida como un juego en el que estás malabareando cinco pelotas en el aire. Estas son: - Tu Trabajo,- Tu Familia,- Tu Salud,- Tus Amigos y - Tu Vida Espiritual, Y tú las mantienes todas éstas en el aire.

Pronto te darás cuenta que el Trabajo es como una pelota de goma. Si la dejas caer, rebotará y regresará. Pero las otras cuatro pelotas: Familia, Salud, Amigos y Espíritu son frágiles, como de cristal. Si dejas caer una de estas, irrevocablemente saldrá astillada, marcada, mellada, dañada e incluso rota. Nunca volverá a ser lo mismo.

Debes entender esto: apreciar y esforzarte por conseguir y cuidar lo más valioso. Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina y deja el trabajo a tiempo. Dale el tiempo requerido a tu familia y a tus amigos. Haz ejercicio, come y descansa adecuadamente. Y sobre todo.....crece en vida interior, en lo espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno.