Las virtudes del resiliente.
¿Jugó usted en su niñez con un "porfiado," aquella figura plástica a la que solíamos golpear fuerte para doblegarla y verle luego regresar a su posición original? A ese retorno se le llama resiliencia, término proveniente del latín "resilire," que significa: saltar hacia atrás, rebotar, regresar. ¿Pertenece usted a un equipo resiliente?
Hay metales que al ser sometidos a mucha presión, se doblan pero recuperan su forma, comunidades ecológicas que sufren serios embates, pero poco a poco recobran su equilibrio, y personas que sorprenden por su persistencia para superar el dolor y las adversidades.
En el caso de los seres humanos, qué tienen en común aquellos que no solo salen airosos de los trances difíciles sino fortalecidos y transformados positivamente.
Los psicólogos coinciden al señalar que los resilientes tienen alta autoestima, independencia, disciplina hacia el trabajo fuerte y proactividad para enfrentar
desafíos, tomar decisiones y resolver problemas. Su inteligencia emocional les facilita ser respetuosos y empáticos para establecer sanas relaciones interpersonales y crear redes de apoyo sin perder autonomía.
Con su elevada responsabilidad y compromiso doblegan las dudas, no son fatalistas ante las desdichas y se levantan rápido cuando caen. Incluso, exhiben un buen humor
a pesar de los momentos difíciles. Con su inusitada creatividad son flexibles para cambiar estrategias y alcanzar sus metas.
La resiliencia determina la posición entre ser sólidos o vulnerables, renunciantes o confrontadores ante los retos. Entre más resilientes haya en un equipo, la identidad
colectiva será caracterizada por la unión, un autoconcepto ganador y un sentimiento de que todo saldrá bien, debido a que se cuenta con la fortaleza mental de sus militantes.
Aunado a las cualidades individuales, un ambiente interno positivo hace que los miembros de un equipo se sientan aceptados, apoyados y valorados. Ellos crean sus
propios mecanismos para reaccionar con mesura ante él éxito y no desanimarse ni aun en crisis temporales. Son equipos inspirados en la confianza en sí mismos, alertas
para mejorar apoyados en su imaginación y en su "espíritu porfiado."
Los resilientes saben que el resultado deseado podría o no llegar, pero mientras tanto se concentran en ser constantes. Aristóteles decía que se quiere más lo que
se ha conquistado con más fatiga; y Gandhi lo complementa afirmando: "La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en
la victoria misma. Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa."
La resiliencia tiene un impacto aun más valioso cuando, como diría Nietzsche, no es la fuerza sino los altos sentimientos y valores los que guían a los seres humanos superiores.
German Retana
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